La rotación de Venus es tan lenta que los días duran más que los años: un día en Venus tiene una duración de 243 días terrestres y los años son de 224,7 días.
La rotación de Venus es retrógrada, es decir, gira alrededor de su propio eje siguiendo el sentido de las agujas del reloj. La dirección aparente del Sol va de Oeste a Este, al contrario, que en la Tierra.
Galileo Galilei fue la primera persona en observar las fases de Venus en diciembre de 1610, una observación que sostenía la entonces discutida teoría heliocéntrica de Copérnico.
Venus posee una atmósfera con gruesas capas de nubes. Debido a su espesa atmósfera obtener datos del planeta ha sido difícil, entre otros, hacía imposible realizar las medidas de su rotación.
En 1990 la sonda Magallanes -nave no tripulada- cartografió la superficie de Venus, utilizando un radar de alta potencia que enviaba microondas a la superficie de Venus.
El efecto invernadero provocado por la gruesa atmósfera externa, de la que más de un 96,5% es anhídrido carbónico, evita la radiación de calor hacia el espacio. Bajo la espesa capa de nubes dominan temperaturas de más de 470ºC.