domingo, 1 de julio de 2007

Descubren un planeta con agua

Su poco atractivo nombre es HD 189733b, y está localizado en la constelación de Vulpecula, a 63 años luz de nuestro planeta.

Ese mundo, algo mayor que Júpiter y tan cercano a su estrella que sus años sólo duran 2,2 días terrestres, es uno de los llamados 'hot jupiters' (júpiters calientes), una clase de planetas que no se encuentra en nuestro Sistema Solar. Su temperatura asciende a 700º C, por lo que sólo puede albergar agua en forma de vapor.

HD 189733b tiene agua
(Imagen: Nature)

El descubrimiento se publicará este jueves en la revista Nature, que acaba de ser galardonada con un premio Príncipe de Asturias por su labor en la divulgación de la ciencia. La evidencia de que este planeta tenía agua se obtuvo al estudiar el tránsito de este mundo frente a su estrella a través del telescopio espacial de infrarrojos Spitzer, de la NASA. Las investigaciones han estado dirigidas por la investigadora Givanna Tinetti, de la Agencia Espacial Europea (ESA), y en ellas ha participado también el astrónomo español Ignasi Ribas, del Institut de Ciències de l'Espai de Barcelona, adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

"En este planeta es imposible que haya vida", reconoce Ribas, quien señala que "la novedad está en que es la primera vez que se encuentra agua en un exoplaneta [que no orbita alrededor del Sol]". En realidad, el descubrimiento era una cuestión de lógica: el hidrógeno es el elemento más común del universo, y el oxígeno, el tercero. Por ello, el agua, compuesta por ambos elementos, también debe encontrarse por doquier en toda clase de planetas.

Sin embargo, hasta ahora los científicos no habían dado con un método que mostrara sin lugar a dudas la presencia de este compuesto, fundamental para la vida, en un planeta extrasolar. "Hay gente que lo había buscado antes, pero nunca lo habían logrado", explica Ribas. La diferencia ha estado en que, mientras otros equipos han tratado de obtener rastros de agua estudiando la ocultación del planeta tras su estrella, el de Tinetti y Ribas ha hecho exactamente lo contrario: observarlo cuando estaba delante de ella.

De acuerdo con los elementos que contenga la atmósfera de un planeta, ésta absorberá la luz de la estrella que tiene detrás de distinta forma. En este caso, la radiación de infrarrojos obtenida por los instrumentos del Spitzer muestra que por donde menos luz pasa es, precisamente, en la franja de infrarrojos que absorbe el agua, lo que significa que el agua es el elemento más abundante de la atmósfera.

El hallazgo de agua en grandes cantidades en este planeta parece indicar que este compuesto también está presente en los demás mundos de su clase , es decir, en los 'hot jupiters'; así como en otros cuerpos extrasolares más parecidos a la Tierra y, por tanto, más propicios para el desarrollo de la vida.

La Tierra es más pequeña

Las nuevas mediciones de La Tierra realizadas por un equipo de científicos pertenecientes a varias disciplinas descubren un planeta más pequeño. En concreto, 2,5 milímetros.

No es gran cosa, pero puede tener alguna implicación para predecir la elevación del nivel de los mares como consecuencia del cambio climático. Como señala Alex Nothnangel a National Geographic News, "para los científicos que quieren determinar si el nivel de agua de los océanos se ha elevado unos milímetros al año, las mediciones han de ser precisas".

Pero La Tierra no sólo es más estrecha; además se agita . El océano Pacífico se desplaza hacia el Norte cinco centímetros al año; Escandinavia y Canadá se elevan entre 5 y 8 milímetros al año; y Norteamérica se aleja de Europa a una velocidad de 18 milímetros al año.

Las nuevas mediciones han sido realizadas por un equipo interdisciplinar que emplea varias técnicas. Por ejemplo, algunas de las mediciones fueron realizadas por 70 radiotelescopios situados en todo el mundo, y empleando como puntos de referencia los quasares -galaxias situadas a miles de millones de años-luz de La Tierra-. También se han empleado con esta finalidad satélites terrestres.

El conjunto del estudio se ha extendido a 400 lugares, y reúne datos tomados entre 1984 y 2005. El análisis de esta información ha requerido dos años. Los científicos no creen que La Tierra realmente se esté encogiendo, sino que las mediciones anteriores eran incorrectas.