martes, 1 de agosto de 2006

Henrietta Swan Leavitt

Las Cefeidas, esas estrellas variables que muestran un ritmo regular de brillo, fueron descubiertas por la astrónoma estadounidense Henrietta Swan Leavitt en 1908. Leavitt detectó varias estrellas de este tipo en la Pequeña Nube de Magallanes, una constelación próxima a la Vía Láctea. Con este descubrimiento se dio el primer paso crucial para establecer las distancias hasta las "nebulosas espirales" cercanas.


La astrónoma estadounidense Henrietta Swan Leavitt nació en Lancaster, Massachusetts, en 1868 y murió en Cambridge en 1921. Su gran aportación a la astronomía fue el descubrimiento de las estrellas variables llamadas Cefeidas (porque hay varias en la constelación de Cefeo), aunque no fue su único hallazgo, ya que también descubrió varias estrellas novas.
Con el descubrimiento de las Cefeidas, Leavitt, que trabajaba en el Observatorio de Harvard desde 1902, dio el primer paso crucial para establecer la distancia entre las galaxias.

Las Cefeidas son estrellas variables que muestran un ritmo regular de brillo, oscurecimiento y brillo cuando se observan en períodos de tiempo que van desde unas semanas a unos meses. Leavitt observó que cuanto más brillante era la estrella, más tiempo duraba la pulsación. Esto significa que observando una de esas estrellas, se puede determinar el período de pulsación y descubrir lo brillante que es la estrella.

Estas estrellas son pulsantes debido a que las zonas de hidrógeno y helio ionizado se encuentran cerca de la superficie. Las Cefeidas son más brillantes cuando están cerca de su tamaño mínimo y, puesto que todas las Cefeidas están, aproximadamente, a la misma temperatura, su tamaño determina su luminosidad. Además, estas estrellas son tan brillantes que se pueden observar en galaxias muy lejanas.

Una vez constatado este descubrimiento, la ley de Leavitt se utilizó para medir la distancia de objetos muy lejanos, como las galaxias. Para calibrarla, hubo que obtener por otros medios la distancia a la que se encuentra alguna cefeida próxima, de donde se deduce su luminosidad real. Utilizando este método, tanto los astrónomos Shapley como Curtis midieron la distancia a la galaxia M31, pero llegaron a diferentes conclusiones, ya que no estaban de acuerdo en el tamaño de la Vía Láctea ni se conocía en aquella época la distinción entre novas y supernovas.

Su vida
Henrietta Leavitt era hija de un ministro del Congreso norteamericano. Realizó sus estudios en el colegio Oberlin y en el Radcliffe, que era una sociedad dedicada a la instrucción de las mujeres, y donde se graduó en 1892. Fue entonces cuando Leavitt descubrió la Astronomía. Después de graduarse realizó un curso de Astronomía, aunque no pudo poner en práctica sus conocimientos astronómicos hasta tres años más tarde como consecuencia de una enfermedad que le obligó a permanecer en su casa durante todo ese tiempo.

En 1895 entró como voluntaria en el Observatorio de Harvard y siete años más tarde entró a formar parte de la plantilla del mismo, bajo la dirección de Charles Pickering. Durante ese tiempo tuvo la oportunidad de realizar trabajos teóricos, pero se convirtió en la jefa del Departamento Fotográfico del Observatorio, donde, junto con su grupo, estudió las imágenes de las estrellas para determinar sus magnitudes.

Durante su carrera, Leavitt descubrió más de 2.400 estrellas variables. Se dedicó entonces al estudio de esas estrellas variables, lo que supondría su mayor aportación a la Astronomía: la relación entre el período y la luminosidad de las Cefeidas.

Henrietta Leavitt también desarrolló un patrón de medidas fotográficas que fue aceptado por el Comité Internacional de Magnitudes Fotográficas en 1913. Para elaborar este patrón de medición, Leavitt utilizó 299 placas de 13 telescopios y empleó ecuaciones logarítmicas para ordenar las estrellas sobre 17 magnitudes de luminosidad. Leavitt continuó redefiniendo este trabajo durante toda su vida.

Debido a los prejuicios de la época, Henrietta no pudo desarrollar sus propios métodos de trabajo, por lo que no tuvo la oportunidad de sacar el máximo rendimiento a su intelecto.

En el transcurso de su trabajo Leavitt también descubrió cuatro estrellas nova y estudió algunos tipos de estrellas binarias y asteroides.

Fue miembro de Phi Beta Kappa, de la Asociación Americana de la Universidad de la Mujer, de la Sociedad Americana de Astronomía y Astrofísica, de la Asociación para el Avance de la Ciencia y miembro honorífico de la Asociación de Observadores de Estrellas Variables.

Henrietta Leavitt trabajó en el Observatorio de Harvard hasta su muerte en 1921 a causa de un cáncer. Desafortunadamente, Henrietta falleció antes de poder concluir otro trabajo sobre las escalas de medición de la magnitud de las estrellas.

Sus importantes contribuciones al mundo científico fueron reconocidas en 1925 a título póstumo, cuando fue nominada por la Academia Sueca de Ciencias para el premio Nobel.

Caroline Herschel

Caroline Lucretia Herschel nació el 16 de marzo de 1750 en Hannover, Prusia (hoy Alemania), hija de Isaac Herschel y Anna Ilse Moritzen. 
Aunque su padre, que era músico, nunca realizó estudios oficiales, mantuvo a lo largo de su vida una inquietud por diversas ramas del conocimiento, y así procuró una educación polifacética a sus cuatro hijos varones, enseñándoles música, matemáticas, astronomía, filosofía y francés. Por su parte, sus dos hijas, como era habitual en la época, estaban destinadas a no aprender sino las tareas domésticas. Sin embargo, Caroline enseguida mostró interés por las conversaciones que tenían lugar entre su padre y sus hermanos. En su afán de aprender, pronto encontró el apoyo de su padre, pero como contrapartida contó con la oposición de su madre, que en consonancia con las ideas de su tiempo, consideraba poco femenina toda ocupación que involucrase el pensamiento.

Así pues, con mayor o menor disimulo, su padre empezó a hacer a Caroline partícipe de sus conocimientos. Ella misma recuerda en sus memorias la noche en que su padre le mostró las primeras constelaciones, así como un cometa que entonces era visible. Poco imaginaba Caroline que ella se convertiría en la primera mujer en la Historia en descubrir un cometa.

Cuando los franceses ocuparon Hannover en 1757, su padre marchó a la guerra; por otra parte su hermano William, con quien Caroline compartía sus inquietudes astronómicas, emigró a Inglaterra como músico. Con lo cual Caroline quedó bajo la tutela de su madre que la envió a aprender a hacer punto y cercenó por el momento sus posibilidades de dedicarse a la astronomía o a cualquier actividad de índole intelectual.

Debido a la malformación que le produjo el tifus a los 10 años (medía escasamente 1’30 m) pronto desistió Caroline de intentar contraer matrimonio (y efectivamente nunca lo hizo, con lo cual conservó siempre el apellido Herschel). Así pues, su deseo de independizarse sólo se vio realizado cuando, a la edad de 22 años, su hermano William la llevó con él a Inglaterra. Así, mientras se ocupaba del mantenimiento de la casa de William, pudo retomar sus dos grandes aficiones: la música y la astronomía. Respecto de la primera, llegó a ser una destacada soprano.

Y respecto de la segunda, pronto empezó junto con su hermano a pulir espejos para la construcción de telescopios, y a ayudarle también en la catalogación y revisión de sus observaciones, aplicando para ello los conocimientos matemáticos que había podido adquirir. En poco tiempo pasó de discípula de su hermano a colaboradora.

Ambos se dedicaban, pues, a la astronomía como aficionados, mientras William seguía trabajando como músico. Cuando éste realizó en 1781 el descubrimiento del planeta Urano, el rey Jorge III de Inglaterra le concedió un sueldo de 200 £ anuales que le permitió dedicarse plenamente a la astronomía, con lo cual también Caroline tomó esta dedicación.

Para William fue una ayuda inestimable el tratamiento matemático que su hermana hacía de los datos por él obtenidos. De hecho, sólo cuando William estaba de viaje podía Caroline dedicarse plenamente a sus propias observaciones, y así fue como comenzó a hacer sus primeros descubrimientos de nebulosas. Varios objetos de cielo profundo había encontrado ya, cuando llegó, el 1 de agosto de 1786, el primer cometa que Caroline descubrió. Ello le valió un sueldo de 50 £ anuales por parte de Jorge III, y el reconocimiento de las autoridades científicas de la época, que acogieron, con recelo unos y con admiración otros, algo tan inédito como el trabajo científico de una mujer.

Continuó durante años su labor de catalogación de nebulosas (donde el término se refiere más exactamente a objetos de cielo profundo, pues algunos de ellos resultaron posteriormente ser galaxias), calculando las posiciones de sus descubrimientos y de los de su hermano. Sus cálculos fueron siempre de una notable exactitud.

Los objetos de cielo profundo por ella descubiertos fueron incluidos en el catálogo que elaboró William, y actualmente figuran en el New General Catalogue con los números NGC 205, 225, 253, 381, 659, 891, 2349, 2360, 2548, 6633, 7380 y 7789. Ello incluye nebulosas, galaxias espirales e irregulares y cúmulos abiertos.

Curiosamente, dos de estos hallazgos son objetos Messier descubiertos independientemente. Es el caso de M48, cúmulo abierto en Hydra. Cuando Messier lo descubrió en 1771 registró su posición erróneamente, con lo cual el objeto se “perdió” hasta que fue nuevamente descubierto y correctamente registrado por Caroline Herschel, e incluido en el catálogo de William Herschel como H VI.22.

El otro objeto al que nos referimos es M110: una de las dos galaxias irregulares satélites de la de Andrómeda. Messier no lo incluyó originalmente en su catálogo, posiblemente por inseguridad respecto de

su observación, y por tanto Caroline Herschel lo desconocía y lo redescubrió en 1783, diez años más tarde que Messier.

Además de esto, descubrió ocho cometas en total entre 1786 y 1797. Posteriormente se dedicó a revisar y ordenar el catálogo estelar de Flamsteed, y en 1798 envió a la Royal Astronomical Society su índice de Observaciones de Estrellas Fijas de Flamsteed, con una lista de 560 estrellas que éste había omitido.

Cuando William contrajo matrimonio se redujo la colaboración entre ambos hermanos. Sin embargo Caroline tuvo después un importante papel en la educación de John, hijo de William, que continuaría la saga familiar de astrónomos.

Tras la muerte de William en 1822, Caroline regresó a su ciudad natal, Hannover. Durante esta época su trabajo fue más de catalogación que de observación. En 1828 le fue concedida la medalla de oro de la Royal Astronomical Society de Inglaterra, por su catálogo de 2500 objetos de cielo profundo. Para esta época era ya una celebridad en el mundo científico, recibiendo visitas de los más eminentes personajes como el propio Gauss. En 1835, cuando contaba 85 años de edad, recibió el nombramiento de miembro honorario de la Royal Astronomical Society.

Junto con la también matemática y astrónoma Mary Somerville, fue la primera mujer en ingresar en dicha Academia. El nombramiento honorario se debió a que ser miembro de pleno derecho estaba vetado a las mujeres.

Tres años más tarde fue miembro de la Royal Irish Academy, y en 1846, con motivo de su nonagésimo sexto cumpleaños, el rey de Prusia le otorgó la Medalla de Oro de la Ciencia.

Caroline Herschel vivió 98 años, conservando hasta entonces una salud física y mental fuera de lo común.

Posteriormente, en 1889, fue bautizado en su honor el asteroide Lucretia (segundo nombre de Caroline), y recientemente, el cráter lunar C. Herschel, al borde del Mare Imbrium.

viernes, 14 de julio de 2006

Sesión temática: "Hitos de la exploración rusa"

13 de julio de 2006.
Sesión dedicada a la Asociación Cultural Hispano Rusa.
Observatorio de La Rinconada. Parque El Majuelo
LA RINCONADA.




Esta sesión fue muy especial por la participación de la Asociación Cultural Hispano Rusa, que facilita vacaciones en el periodo estival a niños/as procedentes de la Federación Rusa.


 
En esta acción se reconoció la aportación rusa a la exploración espacial, y por esta razón los asistentes foráneos se mostraron orgullosos y agradecidos por la labor realizada.


 
Los tutores acompañantes del país de origen se manifestaron muy interesados por la película dedicada a la asociación, que fue producida íntegramente en el Observatorio Astronómico de La Rinconada y de la que nos solicitaron copias para difundir en su país.
 
 














 

sábado, 1 de julio de 2006

Pierre Simon Laplace

Nacido el 23 de marzo de 1749, en Beaumont-en-Auge, Normandy, Francia. Fallecido el 5 de marzo de 1827, en París, Francia.

 
Pierre Simon Laplace, ya a la edad de dieciocho años, se distinguía como maestro y matemático en la escuela militar de la pequeña población de Beaumont. Pero, para él, París era la única ciudad por la que entraría en el gran mundo de la ciencia. Consiguió cartas de recomendación y, en 1767, partió para París a solicitar la ayuda del distinguido matemático francés D’Alembert. Cuando se presentó en la casa de éste, fue recibido con corteses excusas, pero lo despidieron sin entrevistar al matemático. Pasaron las semanas y seguía sin obtener audiencia.

Persistente en su ambición, Laplace decidió usar un método distinto. Como no tuvieron éxito las cartas de recomendación trataría de comunicarse por medio del lenguaje de la ciencia. Escribió una disertación sobre los principios de la mecánica y se la envió a D’Alambert con la solicitud de que le concediera una audiencia. Era un lenguaje que podía entender y apreciar un matemático. D’Alambert quedó tan impresionado con el talento de Laplace, que lo mando llamar en seguida y le dijo: “No necesitáis más presentación que la recomendación de vuestro trabajo”.

Con la ayuda de D’Alambert, obtuvo más tarde el nombramiento de profesor de matemáticas en la escuela Militar de París, y quedó asegurado su ingreso en el mundo de la ciencia.

Laplace provenía de antepasados humildes. Su padre tenía una pequeña granja y no pudo dar mucha educación a su hijo. Sin embargo, cuando Laplace reveló tener un talento extraordinario, sobre todo para las matemáticas, algunos de sus parientes y vecinos acomodados sostuvieron sus estudios en la Universidad de Caen. Así apenas unos años después de su graduación en esta Universidad, obtuvo el puesto de profesor en la Escuela Militar.

El primer trabajo científico de Laplace fue su aplicación de las matemáticas a la mecánica celeste. A Newton y otros astrónomos les fue imposible explicar las desviaciones de los planetas de sus órbitas, predichas matemáticamente. Así por ejemplo, se determinó que Júpiter y Saturno se adelantaban a veces, y otras se retrasaban con respecto a las posiciones que debían ocupar en sus órbitas.

Laplace ideó una teoría, que confirmó con pruebas matemáticas, que las variaciones eran normales y se corregían solas en el transcurso de largas etapas de tiempo. Se consideró que está teoría tenía gran importancia para entender las relaciones de los cuerpos celestes en el Universo, y ha soportado la prueba del tiempo sin sufrir más que correcciones relativamente secundarias.

Los siguientes años fueron de fructuosas investigaciones para Laplace, quién fue aclarando los conocimientos científicos sobre las fuerzas elementales de la Naturaleza y el Universo. Escribió artículos acerca de la fuerza de gravedad, el movimiento de los proyectiles y el flujo y reflujo de las mareas, la precesión de los equinoccios, la forma y rotación de los anillos de Saturno y otros fenómenos.

Estudió el equilibrio de una masa líquida en rotación; también ideó una teoría de la tensión superficial que era semejante al moderno concepto de la atracción o cohesión molecular dentro de un líquido. Trabajando con Lavoisier, estudió el calor específico y la combustión de diversas sustancias, y puso los cimientos para la moderna ciencia de la termodinámica. Inventó un instrumento, conocido con el nombre de calorímetro de hielo, para medir el calor específico de una sustancia. El calorímetro media la cantidad de hielo fundido por el peso dado de una sustancia caliente cuya temperatura se conocía. Entonces, podía calcularse matemáticamente su calor específico.

Al estudiar la atracción gravitacional de un esferoide sobre un objeto externo, ideó lo que se conoce hoy como ecuación de Laplace, que se usa para calcular el potencial de una magnitud física en un momento dado mientras está en movimiento continuo. Esta ecuación no sólo tiene aplicación en la gravitación, sino también en la electricidad, la hidrodinámica y otros aspectos de la física.

Entre 1799 y 1825, Laplace reunió sus escritos en una obra de cinco volúmenes, titulada Mecánica Celeste, en la que se proponía dar una historia de la astronomía, sistematizando la obra de generaciones de astrónomos y matemáticos, y ofreciendo una solución completa a los problemas mecánicos del sistema solar.

Más tarde publicó un volumen titulado El sistema del mundo. En 1812 publicó su Teoría analítica de las probabilidades, que es un estudio sobre las leyes de probabilidad.

Laplace vivió hasta la avanzada edad de setenta y ocho años; pasó sus últimos días en el semiretiro de Arcuel. En vida aún, fue elegido para ser uno de los Cuarenta Inmortales de la Academia Francesa.

Isaac Newton

Nacio el 25 de diciembre de 1642 (correspondiente al 4 de enero de 1643 del nuevo calendario) en Woolsthorpe, Lincolnshire, Inglaterra.

Realizó sus primeros estudios universitarios en 1661, en la universidad de Trinity College de Cambridge. Al comienzo de sus estudios, se interesó en primer lugar por la química, y este interés, según se dice, se manifestó a lo largo de toda su vida. Durante su primer año de estudios, y probablemente por primera vez, leyó una obra de matemáticas sobre la geometría de Euclides, lo que despertó en él el deseo de leer otras obras.

Su primer tutor fue Benjamin Pulleyn, posteriormente profesor de griego en la universidad. En 1663, Newton leyó la Clavis mathematicae de Oughtred, la Geometria de René Descartes Descartes, de Van Schooten, la óptica de Kepler, la Opera mathematica de Vieta, editadas por Van Schooten y, en 1644, la Aritmética de Wallis que le serviría como introducción a sus investigaciones sobre las series infinitas, el teorema del binomio, ciertas cuadraturas.

En 1663 Newton conoció a Barrow, quien le dio clase como primer profesor Lucasiano de matemáticas. En la misma época, Newton entró en contacto con los trabajos de Galileo, Fermat, Huygens y otros, a partir probablemente de la edición de 1659 de la Geometria de Descartes por Van Schooten.

Desde finales de 1664, Newton parece dispuesto a contribuir personalmente al desarrollo de las matemáticas. Aborda entonces el teorema del binomio, a partir de los trabajos de Wallis, y el cálculo de fluxiones. Después, al acabar sus estudios de bachiller, debe volver a la granja familiar a causa de una epidemia de peste bubónica. Retirado con su familia durante los años 1665-1666, conoce un período muy intenso de descubrimientos: descubre la ley del inverso del cuadrado, de la gravitación, desarrolla su cálculo de fluxiones, generaliza el teorema del binomio y pone de manifiesto la naturaleza física de los colores. Sin embargo, Newton guarda silencio sobre sus descubrimientos y reanuda sus estudios en Cambridge en 1667.

De 1667 a 1669, emprende activamente investigaciones sobre óptica y es elegido fellow del Trinity College. En 1669, Barrow renuncia a su Cátedra Lucasiana de matemáticas y Newton le sucede y ocupa este puesto hasta 1696. El mismo año envía a Collins, por medio de Barrow, su "Analysis per aequationes numero terminorum infinitos". Para Newton, este manuscrito representa la introducción a un potente método general, que desarrollará más tarde: su cálculo diferencial e integral.

Newton descubrió los principios de su cálculo diferencial e integral hacia 1665-1666, y durante el decenio siguiente elaboró al menos tres enfoques diferentes de su nuevo análisis. Desde 1684, su amigo Halley le incita a publicar sus trabajos de mecánica, y finalmente, gracias al sostén moral y económico de este último y de la Royal Society, publica en 1687 sus célebres Philosophiae Naturalis Principia Mathematica, obra que marcó un punto de inflexión en la historia de la ciencia, y además consiguió que su autor perdiera su temor a la publicación de sus teorías.

En 1672 publicó una obra sobre la luz con una exposición de su filosofía de las ciencias, donde consiguió demostrar que la luz blanca estaba formada por una banda de colores (rojo, naranja, amarillo, verde, azul y violeta) haciendo pasar la luz a través de un prisma. Estos experimentos le llevaron a formular su teoría general sobre la luz que, según él, está formada por corpúsculos y se propaga en línea recta y no por medio de ondas. Este libro que fue severamente criticado por la mayor parte de sus contemporáneos, entre ellos Robert Hooke (1638-1703) y Huygens, quienes sostenían ideas diferentes sobre la naturaleza de la luz. Esta crítivas provocaron su recelo a las publicaciones por lo que se retiró a la soledad de su estudio en Cambridge.

Desde 1673 hasta 1683, Newton enseñó álgebra y teoría de ecuaciones, pero parece que asistían pocos estudiantes a sus cursos. Mientras tanto, Barrow y el astrónomo Edmond Halley (1656-1742) reconocían sus méritos y le estimulaban en sus trabajos.

Hacia 1679, verificó su ley de la gravitación universal, de la cual dedujo la fuerza gravitatoria entre la Tierra y la Luna y demostró que era directamente proporcional al producto de las masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia, multiplicando este cociente por una constante llamada constante de gravitación universal. Tuvo además la gran intuición de generalizar esta ley a todos los cuerpos del universo, con lo que esta ecuación se convertía en la ley de gravitación universal. Además estableció la compatibilidad entre su ley y las tres de Kepler sobre los movimientos planetarios.

En 1687, Newton defendió los derechos de la Universidad de Cambridge contra el impopular Rey Jacobo II y, como resultado tangible de la eficacia que demostró en esa ocasión, fue elegido miembro del Parlamento en 1689, en el momento en que el rey era destronado y obligado a exiliarse. Mantuvo su escaño en el Parlamento durante varios años sin mostrarse, no obstante, muy activo durante los debates. Durante este tiempo prosiguió sus trabajos de química, en los que se reveló muy competente, aunque no publicara grandes descubrimientos sobre el tema. Se dedicó también al estudio de la hidrostática y de la hidrodinámica además de construir telescopios.

Después de haber sido profesor durante cerca de treinta años, Newton abandonó su puesto para aceptar la responsabilidad de Director de la Moneda en 1696. Durante los últimos treinta años de su vida, abandonó prácticamente sus investigaciones y se consagró progresivamente a los estudios religiosos. Fue elegido presidente de la Royal Society en 1703 y reelegido cada año hasta su muerte. En 1705 fue hecho caballero por la Reina Ana, como recompensa a los servicios prestados a Inglaterra.

Los últimos años de su vida se vieron ensombrecidos por la desgraciada controversia, de envergadura internacional, con Leibniz a propósito de la prioridad de la invención del nuevo análisis, Acusaciones mutuas de plagio, secretos disimulados en criptogramas, cartas anónimas, tratados inéditos, afirmaciones a menudo subjetivas de amigos y partidarios de los dos gigantes enfrentados, celos manifiestos y esfuerzos desplegados por los conciliadores para aproximar a los clanes adversos, esto se terminó con la muerte de Leibniz en 1716.

Después de una larga y atroz enfermedad, Newton murió durante la noche del 20 de marzo de 1727, y fue enterrado en la abadía de Westminster en medio de los grandes hombres de Inglaterra.

Newton fue respetado durante toda su vida como ningún otro científico, y prueba de ello fueron los diversos cargos con que se le honró: en 1689 fue elegido miembro del Parlamento, en 1696 se le encargó la custodia de la Casa de la Moneda, en 1703 se le nombró presidente de la Royal Society y finalmente en 1705 recibió el título de Sir de manos de la Reina Ana. La gran obra de Newton culminaba la revolución científica iniciada por Nicolás Copérnico (1473-1543) e inauguraba un periodo de confianza sin límites en la razón, extensible a todos los campos del conocimiento.