viernes, 15 de julio de 2005

Misión Deep Impact: crónica de un impacto espacial (Tempel 1)

 Cometa Tempel 1
 
 
Los cometas

Cometas, uno de los grandes misterios que ha fascinado a la humanidad desde hace milenios. Considerados por la superstición emisarios de catástrofes, los cometas han intervenido en la historia de la Tierra en numerosas ocasiones. A veces como causantes de extinciones masivas como la que acabó con los dinosaurios hace millones de años. También, algunos científicos consideran que pueden haber sido determinantes en el desarrollo evolutivo de nuestro planeta.

Entre sus componentes están el agua helada y diversos materiales orgánicos basados en el carbono y en el hidrógeno, esenciales para la aparición de la vida.

Los cometas (del latín "stella cometa", "estrella con cabellera") son cuerpos celestes que orbitan el Sol, caracterizados por desarrollar una larga y luminosa cola mientras recorren el segmento de su órbita que los acerca más al Sol.

El cometa Tempel 1 descubierto en 1867 completa una orbita elíptica alrededor del Sol y entre Marte y Júpiter cada cinco años y medio.
 
 
La misión Deep Impact

Deep impact, es una misión de la NASA que consiste en registrar imágenes del corazón de un cometa, el Tempel 1. Estudiar su composición puede darnos pistas sobre nuestro origen y sobre el de estos misteriosos objetos celestes.

La Deep Impact se compone de dos piezas: el cuerpo central y una sonda que chocará contra la superficie del cometa. El cuerpo central lleva incorporado varios instrumentos de observación, entre los que destaca un telescopio principal de treinta centímetros de diámetro. Este telescopio es para examinar el núcleo del Tempel 1 que quedará al descubierto tras el impacto. El sistema se completa con un telescopio de doce centímetros.


Deep Impact

La nave obtiene la energía de un panel solar de unos siete metros cuadrados. Una batería almacena la energía durante periodos de eclipse solar o cuando la placa está dirigida en dirección diferente a la del Sol.

Para corregir su rumbo la Deep Impact dispone de un sistema de propulsión autónomo. La segunda pieza, la sonda, de un metro de altura de diámetro está reforzada con cobre. De su masa total 372 kilos, 113 son de peso muerto diseñados para provocar un impacto lo más potente posible.

 
Un impacto calculado

Cuatro, tres, dos, uno, cero... Una vez en el espacio la nave es puesta en ruta por un propulsor que se desprende de ella en pocos segundos tras el impulso. La nave pasa treinta días en calibración y chequeo tras el lanzamiento, Para comprobar que los sistemas de navegación y observación funcionan correctamente se usan la Luna y Júpiter como objetivos. La fase de crucero que dura más de cuatro meses comienza treinta días tras el despegue y termina sesenta días antes del encuentro con el cometa.

La fase de observación tendrá lugar cuando el cometa se encuentre en su perihelio, el punto de su orbita más cercano al Sol. La fase de aproximación al cometa comenzará a principio de mayo 2005 y terminará el treinta y uno de junio de ese mismo año. La nave detectará al Tempel 1 con su cámara de alta resolución y dará comienzo un periodo de observación exhaustiva. Cinco días antes de cruzarse con la ruta del cometa se realizan las maniobras de ajuste para conseguir una posición de lanzamiento óptima. Justo después de arrojar la sonda hacia el Tempel 1 el cuerpo central de la nave completará una maniobra de evasión para evitar el choque.


 
 
La sonda de la Deep Impact dispone de propulsores para corregir el rumbo en la aproximación que dura unas 24 horas. Durante la maniobra y antes de contacto obtiene imágenes del cometa por medio de un telescopio de 12 centímetros de diámetro.
 

Así ocurrió...

El 4 de julio de 2005 la sonda impactó contra el Tempel 1 a una velocidad de más de 30.000 km/h. El choque liberó la energía equivalente a cuatro toneladas y media de TNT. La explosión abrió un cráter en la cara del cometa iluminada por el Sol.

Imagen real del impacto

La forma y el tamaño del cráter, y las características de la nube de restos expelidos, servirán para estudiar la composición, densidad, porosidad y resistencia de los materiales de la corteza y el núcleo. Este último podrá ser examinado directamente por los instrumentos de la nave.

La Deep Impact obtuvo imágenes por medios de sus telescopios desde una distancia aproximada de 700 kilómetros.

La fase de observación durará 30 días tras el impacto. Además, de con los instrumentos de la nave, el cometa será observado desde los telescopios Hubble, Chandra y Spitzer. Los datos recopilados se transmiten por medio de la antena en banda x de 8 Ghz del cuerpo central de la Deep Impact.

La red terrestre de antenas y de radiotelescopios Deep Space Network recoge y procesa la información en las horas inmediatamente anteriores y siguientes al impacto. La cantidad de datos será muy grande por lo que se usan la diversas antenas de 34 metros de diámetro que la red tiene en Canberra, Madrid y GoldStone.