miércoles, 16 de abril de 2008

Biocombustibles ¿Solución o problema?

Biocombustibles ¿solución o problema?

Abril de 2008

Los científicos que asesoran a los funcionarios de la Unión Europea (UE) pidieron eliminar la meta de uso obligatorio de combustibles agrícolas en el transporte, que debería llegar a 10 por ciento en 2020

Los gobiernos de la UE acordaron en 2006 ese objetivo, como parte de una batería de medidas destinadas a reducir la contaminación causante del cambio climático.

Biodiesel

Pero ahora, el Comité Científico de la Agencia Europea de Medio Ambiente considera que esa meta es "demasiado ambiciosa" y recomienda suspenderla hasta que se lleve a cabo una amplia investigación sobre lo bueno y lo malo de los biocombustibles.

Estos llamados combustibles agrícolas -básicamente etanol y biodiésel- se refinan a partir de alimentos como el azúcar, el maíz, el aceite de palma y la soja, entre otros cultivos.

Según un documento publicado por el Comité, para cumplir el objetivo de 10 por ciento se requerirán importaciones de biocombustibles a gran escala.

Con una creciente producción de materias primas como el aceite de palma, para refinar biodiésel, a costa de deforestar selvas y bosques en países pobres, será muy difícil controlar si los cultivos destinados a alimentar el transporte europeo se obtienen de manera sustentable, argumentan los científicos.
 
El biodiésel y el etanol emiten menos gases de efecto invernadero que sus similares refinados de fuentes fósiles, como el gasóleo y la gasolina. Pero la deforestación es otra fuente importante de gases que recalientan la atmósfera. Por eso se necesita observar toda la cadena de producción de los biocombustibles para certificar que la contaminación que se elimina por un lado no se genere por otro, han advertido ambientalistas.

Por estas razones, el Comité Científico señala que quizás la producción y uso de biocombustibles no conduzcan realmente a grandes reducciones de dióxido de carbono, el principal gas invernadero, en comparación con los derivados del petróleo.

Además, el Comité manifiesta su preocupación porque esta nueva producción implique mayor presión sobre recursos limitados, como el agua y el suelo, así como sobre la flora y la fauna.

También, hay que valorar las advertencias del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas y del Banco Mundial acerca de que un crecimiento sideral en la demanda de combustibles agrícolas está contribuyendo a elevar los precios de los alimentos y los riesgos de hambrunas en países pobres.