martes, 7 de octubre de 2008

Viaje al centro de la Tierra (y a las antípodas)

Antonio Suárez. En el pasado fin de semana estuvimos en el cine y, a propuesta de los más jóvenes, vimos la nueva recreación de la novela que escribiera Julio Verne en 1864, Viaje al centro de la Tierra, versión moderna dirigida por Eric Brevig y producida, especialmente, para las mil quinientas salas dotadas con el sistema Real D 3d, que existen en el mundo. Mala pata, que la nuestra no lo tenía.

Viaje al centro de la Tierra

Bueno, a pesar de verla en el formato convencional uno se hace a la idea de lo espectacular que deben ser algunos trances en el formato tridimensional; sobre todo, aquellos donde aparece algún gran espécimen. Y es que esta nueva reproducción, como es natural, mejora en efectos especiales a la filmada en 1959, por Henry Levin, donde las criaturas que aparecen son de auténtico plasticorro y de movimientos exageradamente mecánicos; mientras que la actual recuerda bastante a esas cintas que ponen en los parques de atracciones, donde te agitan en la butaca como a una carioca y en la que pareces que estás en una interminable montaña rusa, de desniveles imposibles. Si te metes mucho en la película terminas rendido.

La película es entretenida pero, como en la sala no había más de quince personas, era igual que verla en el salón de casa. Echamos de menos sentir la tensión del público en los momentos de ajetreo y, principalmente, el aplauso final. Está bien para llevar a los niños porque es trepidante y se pasa en un pispás.

¿Viajar al centro de la Tierra?

En este presunto viajecito hay mucha tela que cortar. Tengamos los pies en el suelo que la película es de ciencia-ficción y, parece increíble, pero el agujero más profundo realizado por la humanidad, se hizo en territorio ruso y no sobrepasó los 12,5 kilómetros. Nada más. Y eso que tardaron casi veinte años en perforarlo. Sin embargo, en el libro y en la película el hoyo explorado es natural y no artificial.

Antípodas

Bien. Entre tanta subida y bajada, me fui un rato a Babia y recordé que en las antípodas (lugar de la superficie terrestre diametralmente opuesto) de Sevilla, tenemos a las aguas del Mar de Tasmania que se encuentran entre Australia y Nueva Zelanda. Concretamente, el emplazamiento se sitúa muy cerca de Auckland, la ciudad más poblada en territorio neozelandés o del país de los maoríes.

 
Antípodas de la ciudad de Sevilla

Si queremos calcular las antípodas de cualquier otro lugar, es fácil. Miramos en un mapa la coordenada  terrestre (latitud y longitud) del sitio pensado y con el valor obtenido actuamos así:
  • Para la latitud: si el lugar se encuentra en el Hemisferio Norte, él de la antípoda se encontrará en el Sur, con los mismos grados, minutos y segundos, y viceversa. A veces, para localizaciones del Hemisferio Norte suele emplearse números positivos y para las del Sur, números negativos; en vez de los sufijos “N” o “S”. Ejemplo: la latitud 37º N tiene su antípoda en la latitud 37º S.
  • Para la longitud: si el lugar se encuentra en el Oeste, el valor de la antípoda estará en el Este, y viceversa. Para calcularlo debemos hallar el valor complementario, recordando que los grados de longitud pueden ir de 0º a 180º y, que también pueden expresarse con números positivos o negativos, en vez de usando los sufijos de “O” o “E”. Ejemplo: si se tratara de un valor de longitud de 6º O, para calcular el complementario restaremos 6º a 180º (180 – 6 = 174), obteniendo que la antípoda se sitúa, en este caso, en la longitud 174º E.

    Agua o tierra

    Proponemos el siguiente juego que no funciona con pilas, ni con esos mandos que tienen infinidad de botoncitos y que alargan los brazos de los niños de ahora.

    Busquen rápidamente una esfera terráquea de las que tienen los paralelos y los meridianos pintados. Anímense a elegir una ciudad del mundo y después a llegar a lo que hay debajo; después, vayan alternando una ciudad del hemisferio Norte con otra del Sur. Ganará quien en las antípodas alcance tierra firme y no agua. Muchas veces nos ocurrirá como dice el lema de la película: “mismo planeta, distinto mundo”.

    En Google Maps hay un recurso para conocer las antípodas de cualquier lugar de la Tierra: Antipodes Map. (No vale hacer trampas).